Victor Yb Delgado Revueltas
Armado con un catálogo de letras de transferencia en seco Zip-a-tone, a los 12 años consolidé mi idilio con la tipografía, un romance que sigue fuerte hasta hoy. Decir letras siempre ha significado leer, escribir y transmitir ideas a través del único invento de la humanidad que, aunque distorsionado, nunca podrá ser destruido hagamos lo que hagamos con nosotros mismos o con el mundo: el alfabeto. Pero la palabra "letra" siempre me ha sonado de otra manera. Las formas de esos abc han sido, desde que aprendí a leer, a los 3 años, más dignas de atención que las cosas a veces triviales (y a menudo tendenciosas) que pretenden expresar en periódicos, revistas femeninas, boletines y anuncios impresos. Décadas después, he visto cómo el mundo ha cambiado tanto y, sin embargo, la tipografía se mantiene en pie rivalizando con las más grandes obras de arte, sin ser considerada generalmente como tal (al menos no en la mente popular). He usado computadoras para hacer fuentes desde el año 2000 y he bosquejado ideas tipográficas desde 1978. Soy diseñador gráfico y ciudadano mexicano que vive y produce productos tipográficos originales en una zona suburbana de Ciudad de México.

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